En las últimas décadas, los historiadores fueron convidados a reflexionar sobre sus propias prácticas. Lo hicieron de diversas maneras: analizando las mutaciones que transformaron la historia en los siglos XIX y XX; dialogando con los filósofos y los crÃticos literarios que les recordaban que toda historia, cualquiera sea, moviliza siempre las figuras de la retórica y de la narración, o proponiendo una profunda reevaluación de los conceptos y de las categorÃas que habÃan fundamentado los éxitos de la historia de las sociedades y de las mentalidades.
Universidad Iberoamericana