Los cristianos que creen en la voluntad de Dios, los judÃos que confÃan en ella, y los musulmanes que la acatan, poseen sus propios criterios de sabidurÃa y, sin embargo, cada uno precisa comprender esas normas a tÃtulo individual si quiere que las palabras de Dios le iluminen o conforten. Los secularistas asumen un tipo distinto de responsabilidad y su interés por la literatura sapiencial es considerablemente más nostálgico o angustiado, dependiendo del carácter.
Santillana