Resumen:
La muerte es un momento de la existencia difícil de definir y de aceptar. El ser humano reflexiona sobre ella en un momento dado de su vida, especialmente cuando la realidad lo cuestiona sobre la misma o cuando piensa que su ciclo está próximo a terminar. Si un anciano muere por muerte natural, la sociedad acepta más fácilmente su partida, pues es parte de la evolución natural. Sin embargo ver partir niños que todavía no han cumplido su ciclo vital es un proceso que necesita una gran elaboración de aceptación por parte de los niños, de sus padres y del equipo de salud que los acompaña y que pone todo su empeño profesional, psíquico y afectivo para evitar que la muerte llegue. Las actitudes, imaginarios y sentimientos frente a la muerte en general son diversos; podríamos decir que son tan diferentes como diferentes son los seres humanos entre sí. La historia personal, la cultura, así como la posición teológica o filosófica, la comunidad y la familia a la que se pertenece, juegan roles determinantes en la vivencia ante la muerte.