Descripción:
El presente artículo intentará concentrarse sobre el papel potencial que las tecnologías de información y comunicación pueden jugar sobre el espacio público, y en particular sobre su expansión que se concibe aquí tan material y construible como el más acostumbrado y socialmente reconocido, inexcusablemente urbano y tradicionalmente arquitectónico. El trabajo no pretende discutir magnitudes del espacio público, sino diversificaciones cualitativas y su apropiación colectiva por oposición al lazo representativo fiduciario que encarnan los institutos políticos de la democracia burguesa y los cercamientos y opacidades que guían el devenir tecnológico realimentando el divorcio estructural entre dirigentes y dirigidos, entre representantes y representados y por tanto en la participación de los ciudadanos -o los integrantes de diversas comunidades e instituciones- en la toma de las decisiones que los afectan. De este modo, se cuestiona la inercia paralizante que ha caracterizado a las relaciones intercomunicativas entre el Estado, los partidos, los movimientos sociales y la sociedad civil, y que perviven actualmente tan bloqueadas como a lo largo de toda su historia, entre otras razones, por la estrechez conceptual de las concepciones hegemónicas sobre el espacio público.