Resumen:
En tres colegios de Bogotá, a saber, el Nuevo Chile, centro de educación pública del suroccidente de la ciudad; el colegio San Bartolomé, entidad privada situada en el centro-oriente de la ciudad, y el colegio El Destino, semirural, localizado en el extremo sur de la ciudad, con la colaboración de algunos profesores y profesoras de cada una de las instituciones, un grupo numeroso de niños, niñas y jóvenes (NNJ) se convirtió en población de estudio. El interés central del trabajo era conocer su manera de vivir, de crear una realidad, de interactuar con las pantallas. Fue claro que intentábamos entrar en un territorio desconocido al que llegamos como el viajero provisto de cartas de navegación que han sido elaboradas con base en rumores, supuestos y prejuicios.