Un problema común en distintos lugares del mundo, consiste en el desplazamiento forzado en zonas rurales y la acumulación de pobreza en las grandes ciudades. En Bogotá, localidad de Usaquén, sector del Codito, se puede observar viviendas pintadas con hermosos colores, pero por debajo de ellas se encuentra una problemática social: la mayoría de los habitantes son campesinos desplazados, que por causa de la violencia, la falta de oportunidades y analfabetismo, han dejado sus tierras, animales y pertenencias, escapando a las grandes ciudades en busca de seguridad y con la esperanza de rehacer sus vidas y sus sueños. Al no encontrar la estabilidad deseada, se ubican en sectores marginales, excluidos, estigmatizados y abandonados por el Estado y las religiones. Sin estabilidad económica, entran a ser parte del incremento de pobreza y ante la falta de oportunidades, se van dando cuenta de las injusticias que los rodean. No pueden volver a su terruño, porque lo han destruido y han ocasionado un daño ecológico irreversible. Frente a este panorama, que es mundial, el papa Francisco en sus dos Encíclicas Laudato Si y Laudate Deum, hace un llamado a todos los habitantes de este planeta, porque Dios es el Dios de los pobres revelado en Jesucristo y su Reino es la justicia social.A common problem in different parts of the world consists of forced displacement in rural areas and the accumulation of poverty in large cities. In Bogotá, location of Usaquén, Codito sector, you can see houses painted with beautiful colors, but underneath them there is a social problem: the majority of the inhabitants are displaced peasants, who due to violence, lack of opportunities and illiteracy, they have left their lands, animals and belongings, escaping to big cities in search of safety and with the hope of rebuilding their lives and dreams. By not finding the desired stability, they are located in marginal sectors, excluded, stigmatized and abandoned by the State and religions. Without economic stability, they become part of the increase in poverty and due to the lack of opportunities, they become aware of the injustices that surround them. They cannot return to their homeland, because they have destroyed it and caused irreversible ecological damage. Faced with this panorama, which is global, Pope Francis in his two Encyclicals Laudato Si and Laudate Deum, calls on all the inhabitants of this planet, because God is the God of the poor revealed in Jesus Christ and his Kingdom is justice social.