19 páginas
La mujer es la puerta de entrada al Cantar, con ella debemos pasar de la mujer tratada siempre como menor de edad, que vale con referencia a los varones y la valoración que ellos le dan; a la mujer que se autoafirma en lo que ella es y partiendo de su propia dignidad: “YO SOY una muralla, y mis pechos, como torres” (Ct 8, 10). De la mujer que no puede expresar con libertad su palabra, a la mujer que es mediadora, portadora de la voz del hombre. Es decir a través de su voz se cuenta lo que el hombre dice (Ct 2, 10-14). De la mujer, propiedad del varón a la mujer dueña de sí misma: “MI PROPIA viña es para mí” (Ct 1, 6 y 8, 12). De la mujer limitada al espacio privado del hogar y del marido; a la mujer nunca aprisionada, que va por campos y ciudades; que entra y sale y está siempre en camino buscando a su amado.