Descripción:
El quehacer teológico, en la historia misma de la Teología, ha sido un ejercicio de comprensión radical sobre el acontecimiento de la revelación que tiene su inicio en el acercamiento a la Sagrada Escritura, pero al mismo tiempo, es búsqueda y construcción de modelos de pensamiento que permitan una comunicación óptima de los contenidos de tal acontecimiento revelativo. Y una clara dificultad estriba en la absolutización del modelo de pensamiento que se radicaliza, congestionando la comunicación del Evangelio. Esto, como resultado, provoca conceptualizaciones áridas y colonizadoras en y para la Iglesia y la sociedad. Identificar esto es primordial para renovar la tarea teológica intentando posibilitar la comprensión de la fe en esquemas, epistemologías, métodos fieles al contenido comunicado y no a la dictadura de ciertos marcos empleados.