Descripción:
El educador claretiano debe ser un maestro de vida a través de la palabra. La palabra es como el pincel que va dando color al arco iris de la vida, una vida diversa en sus colores, sus historias y sus culturas. El sello que identifica a un educador claretiano es el de “servidor de la palabra”. Somos hombres y mujeres de palabra. Lo nuestro es la pedagogía de la palabra, una palabra que acontece y comunica, una palabra que dialoga y libera, una palabra que busca convertirse en fuente de vida, justicia y paz.