Descripción:
La Operación Militar Especial (OME) de Rusia en Ucrania ha tenido un impacto notable para África, en lo que respecta a amenazas para su estabilidad y seguridad. La contienda ha traído consigo el incremento de los precios de los cereales, en cuyo contexto Moscú y Kiev, representan los principales exportadores para la región. Esta realidad unida a la reducción de fertilizantes y la ayuda agencias de Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales han contribuido a un robustecimiento de la inseguridad alimentaria, con fragilidad marcada debido a los embates de la pandemia de la COVID-19. Sin embargo, los EE.UU. y Rusia, los contendientes reales del conflicto, pugnan en el ámbito político-diplomático, por granjearse el apoyo de la mayoría de los 54 países africanos, ante el escenario multilateral, lo que pudiera convertirse en oportunidad para la región, atendiendo a la interacción de compromisos e intereses comerciales, de cooperación e inversionistas en sectores clave del continente no solo con Washington y Moscú, sino también con otros actores foráneos relevantes, como son China, la Unión Europa, los países del Golfo Pérsico y Turquía.