El término “Great Reset” fue introducido por primera vez en 2010, es decir, en el período posterior a la crisis de 2007-2008, por Richard Florida en su libro The Great Reset: How the Post-Crash Economy Will Change the Way We Live and Work, pero la referencia actual va principalmente al breve ensayo de Klaus Schwab y Thierry Malleret publicado en julio de 2020 COVID-19: The Great Reset, que presenta la pandemia del Covid-19 como una gran oportunidad para un gran “reset” de la economía mundial y más en general de los sistemas democráticos. El texto representa una síntesis de los proyectos discutidos en la reunión anual del Foro Económico Mundial de Davos (WEF) en junio de 2020 durante la cual el fundador y director ejecutivo del WEF, Klaus Schwab, lanzó el llamamiento por un futuro más inteligente y verde, aprovechando innovaciones tecnologías producidas por la quinta revolución industrial. De hecho, los lockdowns impuestos a las poblaciones habrían permitido la promoción de la idea del “Digital New Deal” catalizada por el Foro Económico Mundial, que se refiere a la creciente automatización de los servicios como un nuevo estándar en salud, turismo y comercio que se consideran uno de las principales armas en la lucha contra el Covid-19, y para impulsar la recuperación económica. En este contexto, el Foro Económico Mundial promueve el uso de accesorios personales “inteligentes” (como pulseras o llaveros) que ayudan a crear archivos de contactos de las personas y que también pueden hacerse obligatorios. Esta tecnología también se puede interconectar con los pasaportes Covid (o vacunas o pases Covid) y se puede interconectar aún más con la tecnología blockchain y usarse como un sistema de control social para las emisiones de CO2. El pretexto del Covid-19 y el consecuente “saneamiento” de la sociedad sería, por tanto, la oportunidad perfecta para introducir tecnologías digitales con el fin de controlar y orientar el comportamiento de los ciudadanos hacia las recomendaciones de los gobiernos sobre el modelo de crédito social al estilo chino. Frente a esta visión de futuro desarrollada en el Great Reset, han surgido teorías que identifican en la estructura del Foro Económico Mundial un centro de poder político a nivel global, una especie de punta del iceberg de una elite global descrita, décadas atrás, por Zygmunt Bauman y por otros sociólogos como una verdadera Superclase. Es una superelite, global y sin estado, no sujeta a mecanismos nacionales de control democrático y capaz de influir, incluso sustancialmente, en las políticas de las naciones individuales con poder financiero, de cabildeo (por ejemplo, con el programa de los Jóvenes Líderes Globales, Young Global Leaders) y de los medios. El artículo analiza varios trabajos sobre el tema principalmente de autores franceses Modeste Schwartz, Le magicien de Davos: vérité (s) et mensonge (s) de la Grande Réinitialisation; Eric Verhaege, El gran reinicio: mitos y realidades; Olivier Piacentini, La mundialización totalitaria; y otros, aclarando la diferencia entre teorías de la conspiración y critica en el papel de las elites transnacionales.