Descripción:
Con la dilucidación en el año 2002 de proyectos con tecnología nuclear en Irán, no conocidos por las instituciones mundiales ocupadas en la supervisión de ese tipo de tareas, en especial la Organización Internacional para la Energía Atómica (OIEA), se desató una reacción, protagonizada por Estados Unidos, que promovió el aislamiento de dicho país islámico a cambio del abandono de sus propósitos.
Los planes energéticos fueron la mejor de las excusas. La negativa del gobierno de Teherán ante la presión inauguró una crisis que le ha traído no pocas sanciones económicas y un saldo considerable de inestabilidad interna. Aunque con el gobierno de Barack Obama se alcanzó un acuerdo internacional sin precedentes, un logro diplomático de la administración, con la llegada de Donald Trump el convenio declinó al no cumplirse por Washington los puntos acordados y mantener sanciones injustificadas.