El actual estado de la sociedad es de una amenaza de expansión delincuencial extendida en menores de edad con prácticas más extremas como la de los sicarios, en perjuicio de la integridad común y personal. Además, se percibe un clima de convulsión e incertidumbre económica propia del contexto difícil que atraviesan las sociedades modernas y globalizadas, con tendencia a acrecentarse por la crisis mundial económica y social. Estas crisis son a su vez consecuencias del impacto de los conflictos bélicos entre países potencias en pleno inicio de la transición del uso de insumos energéticos, por un lado, y, por otro lado, el impacto negativo del cambio climático en un ambiente de pandemia y postpandemia del Covid-19. Esta realidad hace que sea de preocupación decidirse a tomar acciones preventivas con efectos benéficos y directos para la sociedad y el bien común. La convulsión social y el elevado costo de vida no solo trae consigo el desempleo sino el consumo de sustancias ilícitas como medio de escape de los menores y adolescentes en abandono moral, todo lo cual puede desencadenar en que estos cometan ilícitos penales por sí solos o participando de bandas criminales. Es así como en este trabajo de revisión se pretende recoger todos los aportes de diversas realidades de la región de América Latina respecto al trato del menor infractor adolescente basándose en la magnitud del daño y orden del agravio cometido.