Since 1982, the recovery of urban space in the city of Buenos Aires by the popular majorities was a key dimension of the political process that led the country from dictatorship to democracy. This paper is an analysis of the textual marks left by this process in El porteño (1982-1993), one of the most important political and cultural magazines of the 1980s, during 1982 and 1984. The first point of this analysis shows how the way of thinking, writing and imagining a city in and for democracy could not do without a certain semblance of the dictatorial city. This characterization highlights an urban space artificially "ordered" by means of repression and closed to forms of political participation. Secondly, this paper analyze the way in which popular mobilization is thought of in the light of the political crisis of the dictatorship and how it served to raise questions about the modes of participation in the context of the return of political activity in trade unions, political parties and human rights activists. The political occupations of streets, avenues and squares were a way of anticipating and experiencing democracy during the transition. Finally, this article shows how the democratizing impulse consolidated during 1983 manifested itself during the first year of the radical party's administration in a series of discussions that focused on tensions in urban space and raised ethical-political questions about how to live with others.
A partir de 1982, la recuperación del espacio urbano en la Ciudad de Buenos Aires por parte de las mayorías populares fue una dimensión clave del proceso político que llevó al país de la dictadura a la democracia. Este trabajo es un análisis de las marcas textuales que este proceso dejó en El porteño (1982-1993), una de las revistas políticas y culturales más importantes de la década del ochenta, durante los años 1982 y 1984. El primer punto de este análisis muestra cómo el modo de pensar, escribir e imaginar una ciudad en y para la democracia no pudo prescindir de cierta semblanza de la ciudad dictatorial. De esta caracterización destaca un espacio urbano “ordenado” artificialmente por medio de la represión y clausurado para las formas de participación política. En segundo lugar, se analiza el modo en que la movilización popular es pensada a la luz de la crisis política de la dictadura y cómo sirvió para plantear interrogantes respecto a los modos de participación en el marco del retorno de la actividad política sindical, partidaria y militante por los derechos humanos. Las ocupaciones políticas de calles, avenidas y plazas fueron un modo de anticipar y experimentar la democracia durante la transición. Finalmente, se describen el modo que el impulso democratizador consolidado durante 1983 se manifiesta durante el primer año de gestión radical en una serie de discusiones que ponen el foco en las tensiones en el espacio urbano y que plantean preguntas ético-políticas respecto a cómo vivir con otrxs.