Hacer música significa agencia. Dicho accionar implica lugares, agentes, contextos y momentos históricos específicos. Componer, tocar y gritar una parte del metal hecho en Colombia a lo largo de las décadas de los años ochenta y noventa fue una respuesta política y estética a la tétrica situación de entonces; un país que se quebraba en medio de un sinfín de violencias. Este trabajo de investigación se plantea construir una caracterización de las apuestas políticas de una parte del metal hecho en las ciudades de Bogotá, Cali y Medellín, en las décadas de los años 1980 y 1990. Las aristas abordadas para la elaboración de esta caracterización fueron el momento histórico delimitado, las prácticas estéticas y discursivas de las bandas, su música, sus líricas y sus visualidades; todo desde una perspectiva plurivocal donde músicos, oyentes y otros participantes de las escenas musicales de las tres urbes mencionadas dan cuenta de lo cantando, lo tocado y lo gritado. Las apuestas políticas, entonces, se entienden como la conjugación de todos esos elementos particulares desde el sentido de la crítica social que, según algunos, pretendió comunicar esta música a través de su práctica política y estética, al igual que desde las convergencias y discrepancias entre escenas musicales que cada cartografía social y humana configuró en ambas décadas.
Making music means agency. Such drive implies places, agents, contexts, and specific historic moments. Composing, playing and screaming out some of the metal music made in Colombia throughout the 80s and 90s was a political and aesthetical response to the gruesome situation back then: a country shattering among countless kinds of violence. This research aims to build a characterization of the political stakes from some of the metal music made in the cities of Bogotá, Cali, and Medellín, in the decades of 1980 and 1990. The angles approached in the making of this characterization were the mapped-out historical moment, some metal band’s aesthetic and discursive practices, their music, lyrics and visuality; all of it from a polyvocal perspective from which musicians, listeners and other participants of a music scene give an account of what was screamed out, performed, and sung. The political stakes are, therefore, understood as the conjugation of all those particular elements from a social criticism sense which, according to some, this music looked forward to communicate through its political and aesthetic practice, as well as from the convergences and discrepancies among music scenes that each social and human cartography configured in both decades.
Magíster en Estudios Culturales
Maestría