In the XIX century, a mostly Afro-Jamaican linguistic minority settled down on the Caribbean coast of Costa Rica, a Spanish-speaking country. They went there to work for Minor C. Keith, an enterprising U.S. engineer who had been commissioned by the Costa Rica government to build a railroad that would join an eastern port to the Central Valley capital, San Jose. Later, to help finance that enterprise, he founded the United Fruit Company and the Jamaican workers remained in the Province of Limon to plant bananas. Their English-based Limonese Creole language has remained extant in spite of many government attempts to eradicate it, most likely because it acts, among other elements, as an identity marker for its people. But, will it survive globalization? And if so, for how long?
En el siglo XIX un grupo compuesto en su mayoría por afro-jamaiquinos se estableció en la costa Caribe de Costa Rica, un país de habla hispana. Dicha comunidad debía trabajar para Minor C. Keith un ingeniero estadounidense que había sido comisionado por el gobierno costarricense para construir un ferrocarril que uniese un puerto del este con la capital del Valle Central, San José. Para financiar su empresa Keith fundó la United Fruit Company y los trabajadores jamaiquinos permanecieron en la provincia de Limón para plantar bananos. El lenguaje creole de los empleados, basado en el inglés, sobrevivió, a pesar de los esfuerzos del gobierno por erradicarlo, principalmente porque actúa, entre otros elementos, como una marca de identidad para quienes lo hablan. Pero ¿sobrevivirá a la globalización? Y si es así, ¿por cuánto tiempo?