Descripción:
¡Cómo corre el tiempo! Casi cuarenta años han pasado desde aquella mañana cuando mi amantísima madre me dijo: "venga, mijo, le esnseño a escribir". Y allí, en aquella cocina grande, amplia, al calor de la estufa, de leña, tirados en el piso (¿tendidos, debo decir?), ella me fue abriendo los ojos a ese maravilloso mundo del saber.