El campo laboral se ha caracterizado principalmente por lo tensionante de su ambiente, la competitividad que se genera dentro de éste, las exigencias que conlleva buscar el perfeccionamiento propio dentro del mismo, factores que por lo general tienen una repercusión sumamente significativa en los estados emocionales de las personas, generando un desequilibrio de éstos, afectando así diferentes esferas, tanto personales, como sociales y laborales, puesto que las emociones juegan un papel fundamental en el ámbito laboral.