Today's music is a show. Aimed to entertain an audience, that is far away from artistic creation by terms of social, cultural and location issues that leave the spectator with only a passive interaction with the musical phenomena. Both concert halls and open stages and digital reproduction make a one-way relation between the public and the performer where the artistic process is configured through the appreciation of the former over the latter. Therefore, the actual relationship between music and society can be characterized as a contemplative process, with specific space and time, and its elaboration strictly belongs to professionals in this area.
La música es hoy día un espectáculo. Su función es la de entretener a un público que se encuentra rígidamente separado de la creación artística debido a diversos factores socioculturales y espaciales que limitan al espectador a una interacción exclusivamente pasiva con el fenómeno musical. Tanto la sala de concierto, como el escenario al aire libre y la reproducción digital, establecen una relación unidireccional entre el público y el intérprete, en donde el proceso artístico se configura a través de la apreciación de los primeros sobre los segundos. Se puede caracterizar por lo tanto la relación actual entre la música y la sociedad como un proceso contemplativo, el cual tiene un espacio y tiempo específico, y su elaboración pertenece a los profesionales del área.