El desarrollo agropecuario puede ser considerado como un proceso continuo de transformación (en el tiempo) y de diferenciación (en el espacio) de los sistemas de producción agropecuaria. El conocimiento de esos cambios, así como de las condiciones de existencia y de variación de los sistemas productivos, debe fundar toda reflexión critica y, partiendo, toda propuesta normativa destinada a modificar los procesos existentes en un lugar dado. Se torna, entonces, indispensable acudir al análisis histórico para poder evidenciar las relaciones entre las causas y los efectos en la asociación de fenómenos ecológicos, técnicos y socioeconómicos, que originan los procesos de diferenciación simultánea de las explotaciones agrícolas y de sus sistemas de producción.
El desarrollo agropecuario puede ser considerado como un proceso continuo de transformación (en el tiempo) y de diferenciación (en el espacio) de los sistemas de producción agropecuaria. El conocimiento de esos cambios, así como de las condiciones de existencia y de variación de los sistemas productivos, debe fundar toda reflexión critica y, partiendo, toda propuesta normativa destinada a modificar los procesos existentes en un lugar dado. Se torna, entonces, indispensable acudir al análisis histórico para poder evidenciar las relaciones entre las causas y los efectos en la asociación de fenómenos ecológicos, técnicos y socioeconómicos, que originan los procesos de diferenciación simultánea de las explotaciones agrícolas y de sus sistemas de producción.