Cierto tipo de muertes son clasificadas por la medicina forense como “muertes naturales”, una metáfora de hondas implicaciones. Algunas aplicaciones concretas de esta categoría evidencian sus límites y sus aspectos problemáticos, como en el caso de las muertes que ocurren en custodia penal. Las muertes en custodia por enfermedades son calificadas como naturales, pero muchas veces ocurren en pésimas condiciones de alojamiento, de atención de la salud y en climas de violencia cotidiana que determinan contextos epidemiológicos muy particulares, todo lo cual hace muy problemático el uso de esta sedimentada metáfora. El análisis de la fundamentación de esta categoría en la definición de Daniel Callahan revela importantes pistas respecto a sus significados implicados, alcances y problemáticas intrínsecas como categoría conceptual. Pero fundamentalmente evidencia la necesidad de recuperar ciertas dimensiones de una nueva conceptualización que permita reconstruir otras categorías posibles y que nos habiliten observar mejor la realidad que se construye en torno a la muerte. Esta potencialidad quizás pueda abrirse a través de una des-forensización del desciframiento social de la muerte, que guíe el descubrimiento de otras dimensiones de la vida y de los procesos que llevan a su fin, y que impliquen imaginar otros destinos sociales e institucionales posibles.