The current neoliberal hegemonic configuration has as one of its features the biopolitical exercise in different dimensions and degrees. Such exercise of control has been constituted as a transideological mantle, i.e. where the distinction between political positions such as the left and the right remain little differentiated as regards the biopolitical exercise. It is in the rootedness in social life of its foundations to understand, produce and qualify existence where lies the effectiveness of the biopolitical domain and to a large extent what complicates the actions to face it. Moreover, when this biopolitical domain appears as a kind face of instrumental reason: the experts managing life: the domain of professionals, experts in particular, begins to invade every corner of human experience, making possible the atomization of the existence. We must question, in this sense, the role played by those who have been placed - particularly by choice - as those who receive, produce, transmit and operate the intervention in life from the dominant knowledge, that is from our position of cognitariat; but also, from the condition of entrepreneurial business logic that the same invades the intellectual positions that activist/military. From this reading, this article proposes reflecting on the world in common as an alternative to the biopolitical domain, assuming that the commitment to the common world means identifying the thresholds where the encounter with others takes place. Life and the world in common as a bet and not as a destination is a posture from corporality, or rather, from the intercorporality, of mutual affectations – and combat – body-to-body.
La actual configuración hegemónica neoliberal tiene como uno de sus rasgos el ejercicio biopolítico en diferentes dimensiones y grados. Dicho ejercicio de control se ha ido constituyendo como un manto transideológico, es decir, donde la distinción entre posturas políticas como la izquierda o la derecha quedan poco diferenciadas en cuanto el ejercicio biopolítico, pues cualquiera está en posibilidad de operar desde el poder biopolítico. A partir de esto, el presente artículo discute que el control, disciplinamiento y producción de las sociedades biopolíticas, ha de ser enfrentado con toda determinación, generando desplazamientos que rompan con ese consenso ideológico que invade como peste negra la vida social, colectiva e individual, de liberales y conservadores o como hoy se les quiera llamar. Ante el estado actual de las cosas, desvíos, desplazamientos, umbrales hacia la construcción de un mundo en común se hacen urgentes para alterar el orden biopolítico neoliberal, especialmente en su implantación metafísica. Es en el arraigo en la vida social de sus fundamentos para entender, producir y calificar la existencia donde radica la eficacia del dominio biopolítico y en buena medida lo que complica las acciones para hacerle frente. Lo que este escrito propone, deriva más de una toma de postura que de una preocupación meramente académica para entender lo social y las posibilidades de vivir en común ante la imposición del orden biopolítico neoliberal. En este sentido, habrá posicionamientos distintos en torno a esta problemática, que a fin de cuentas han de ser ponderados por su apuesta de vida más que por su corrección intelectual.