What social sensitivity do the current democracies produce and sustain? Our hypothesis, without pretension to originality, affirms that "democracy" is not just an institutionalized space of participation to express and resolve conflicts in society through the application of social engineering and government techniques. It is also a way of understanding and organizing social sensibility, that is, a historical mode of production of desires, passions and emotions that, according to the processes and subjects, can justify the relations of domination or interpellate them. The dispute over democracy is then also a dispute over sensitivity: place and time where the body that we are is put into play, the first materiality capable of lubricating the resignation to the given or enhancing desires for emancipation. Apparently, such tension underlies all institutions, beyond their "quality to govern" and their degrees of sedimentation in society. Weighing the link between democracy and social sensitivity supposes, among other tasks, asking what desires underlie in the social plexus, what they laugh at, with what they enjoy and what sacrifices societies allow. That is, to ask how certain desires justify or criticize sacrificialist logics and discourses in everyday life.
¿Qué sensibilidad social producen y sostienen las actuales democracias? Nuestra hipótesis, sin pretensión de originalidad, afirma que “la democracia” no es sólo espacio institucionalizado de participación para expresar y resolver los conflictos en la sociedad mediante la aplicación de ingenierías sociales y técnicas de gobierno. Es también un modo de comprender y organizar la sensibilidad social, esto es, un modo histórico de producción de deseos, pasiones y emociones que, según los procesos y sujetos, pueden justificar las relaciones de dominación o interpelarlas. La disputa en torno a la democracia es entonces también una disputa por la sensibilidad: lugar y tiempo donde se pone en juego el cuerpo que somos, materialidad primera capaz de lubricar la resignación a lo dado o potenciar deseos de emancipación. Al parecer, tal tensión subyace a todas las instituciones, más allá de su “calidad para gobernar” y sus grados de sedimentación en la sociedad. Sopesar el vínculo entre democracia y sensibilidad social supone, entre otras tareas, preguntarse qué deseos subyacen en el plexo social, de qué se ríen, con qué gozan y qué sacrificios consienten las sociedades. Es decir, preguntarse cómo ciertos deseos justifican o critican las lógicas y discursos sacrificialistas en la vida cotidiana.