176 páginas. Doctorado en Historiografía.Los elementos teóricos indispensables que me permitieron entender y tratar de explicar cómo se construye la trama discursiva que define el delito de trata de personas como efecto de un régimen de sexualidad y, a la vez, causa en la objetivación de sujetos de género, se exponen en el primer capítulo, titulado La construcción de las tramas discursivas. En el segundo capítulo, La construcción del delito de trata de personas, analizo la historia de este delito a partir de cómo se fue definiendo en los instrumentos internacionales. Para ello, retomo los planteamientos de Michel Foucault sobre la manera en que las instituciones jurídicas establecen regímenes de verdad que van configurando individuos y sujetos en las sociedades disciplinarias. Continuo en ese mismo capítulo con el surgimiento de la delincuencia internacional como una nueva definición de los espacios sociales y territoriales de la delincuencia que lleva a la hegemonía de los sistemas jurídicos europeos. A partir de allí, desarrollo la relación entre la necesidad de control de la sexualidad femenina por parte de los Estados-nación y la construcción del delito de trata de personas como un proceso en el que se debate y polemiza la condición de género. En el tercer capítulo, Las víctimas de la trata de personas, analizo mis notas sobre las historias de vida de las víctimas de trata de personas que entrevisté. Los nombres propios que allí se manejan son ficticios y cuidé que los datos expuestos se apegaran al respeto a su privacidad y confidencialidad. La mayoría de las víctimas de trata de personas provienen de los márgenes del Estado, esos espacios que quedan fuera de su control absoluto y que aquí se consideran como espacios en los que la lógica del Estado tiene que ser renegociada constantemente. Es por eso por lo que en las Conclusiones se aborda la manera en que lo diferente actúa con lo dominante a manera de explicar la poca eficacia en el combate a la trata de personas: las instituciones han construido una imagen hegemónica de víctima que no corresponde a las víctimas reales. Frente a las pretensiones institucionales de “salvar” a las víctimas, las víctimas pueden sentirse atrapadas en una lógica de poder que les es ininteligible.Investigación realizada con el apoyo del Programa Nacional de Posgrados de Calidad del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT).