Descripción:
El material que aquí se presenta es, así, mínimo frente a la mole de mexicanos que viven marginados en su propio país por el sólo hecho de hablar uno de los idiomas, indígenas del mismo y, que como muestran algunas de las entrevistas de los hablantes de nahua, se ven confinados en atmosferas mentalmente asfixiantes o como lo revelan algunas de las de totonaco, refutan de raíz la tesis de que con tales idiomas no pueden tenerse sino pensamientos y sentimientos primitivos o bestiales puesto que, en medio de unas existencias de callada pero exaltada dramaticidad, permiten vislumbrar -aun en una aproximación tan pobre como la nuestra- que esos mexicanos marginados por su idioma comparten muchas de nuestras preocupaciones actuales y que es sólo ese marginador el que les priva -más que a nosotros- de los medios para resolverlos como individuos y de las oportunidades para participar
en su solución conjunta como cosociétarios nuestros.