Descripción:
A principios del siglo XX la vida italiana se basaba principalmente en la aplicación, de los principios, propósitos y actitudes del liberalismo europeo. La libertad de pensamiento y conciencia, de expresión y organización, no estaban solamente garantizadas por la Constitución, sino que en gran parte, eran también una realidad en el país. El gobierno se regía por instituciones representativas. La propiedad privada, la iniciativa individual y un mínimo de intervención del Estado caracterizaba la organización económica que sufría un proceso de notable expansión. Había sido introducida la educación obligatoria y se hacían esfuerzos para que la realidad correspondiera a lo que se decía en la ley. La Iglesia ya se había separado del Estado. Bajo estas condiciones, que constituían la mayor libertad conocida por Italia en siglos, se logró un progreso considerable en el terreno de las ciencias sociales. Las disciplinas establecidas desde antes, tales como la Historia, la Ciencia Política y la Economía, continuaron en el alto plano en que ya habían sido colocadas durante el siglo anterior y se introdujeron nuevas disciplinas tales como la Sociología, la Antropología, y la Psicología.