Descripción:
Este artículo indaga en la memoria discursiva que conforma al panhispanismo en su momento fundacional, centrado en el debate sostenido por dos intelectuales: el español Rafael Altamira y el cubano Fernando Ortiz, en 1910. La memoria discursiva (considerada como herramienta para el análisis de las ideologías lingüísticas) apela y actualiza específicos sentidos que —en el caso del panhispanismo— no sólo señala una continuidad desde su génesis discursiva hasta el presente, sino fundamentalmente pone en escena los enfrentamientos a que dio lugar su definición en la medida en que se proponían distintos modelos de comunidad lingüística-cultural. Por otra parte, al considerar los cuestionamientos que modelan dicha ideología lingüística en este debate, se la analiza a partir del paradigma de la colonialidad del poder en tanto se la concibe como una geopolítica que define una identidad supranacional, producto de expansión civilizadora de España y del imaginario colonial que piensa a América Latina como algo desplazado de la modernidad europea.