Descripción:
En su manual de retórica literaria Heinrich Lausberg enseña que en la cultura de la latinidad existían cuatro normas para determinar la corrección en el uso de los vocablos: la ratio, según la cual tal corrección debe fundarse en la lógica (basada, a su vez, en la analogía o en la etimología); la vetustas, que establece que la antigüedad del vocablo es lo que otorga legitimidad a su uso; la auctoritas, para la cual el sentido correcto es el que se obtiene siguiendo el que le atribuyeron los autores más notables; y por último la consuetudo, norma para la cual la corrección gramatical debe basarse en el consenso. Evocando a Quintiliano, Lausberg subraya que para la Latinitas esta última norma está por encima de las otras tres y por ello "el que se guía por la consuetudo no caerá en el error". Desde luego no se trataba de un consenso extendido a los vulgares hablantes sino del consensus eruditorum puesto que para la antigüedad clásica el hablante vulgar no hacía número.