La negociación de una restructuración del Tratado de Libre Comercio de América Norte (TLCAN o NAFTA, por sus siglas en inglés) ha llegado a su fin, por ahora al menos. Un nuevo acuerdo suscripto formalmente en Buenos Aires, durante la Cumbre del G-20 2018 (30/11), regirá las relaciones comerciales entre México, EEUU y Canadá, una vez ratificado parlamentariamente en cada Estado. Desde que Donald Trump asumió la presidencia de Estados Unidos e inició una escalada de manifestaciones contra la migración mexicana, ligándola como una causa del desempleo estadounidense, pocos se animaban a proyectar la suscripción de un nuevo acuerdo entre los gigantes del norte. Mientras se iniciaban las negociaciones, México consolidaba su posición en la Alianza del Pacífico (AP) e inició un acercamiento al Mercosur, en particular a Brasil y Argentina, ambos con similares matrices productivas a la de Estados Unidos, difiriendo en la escala por su mercado interno y el desarrollo de su comercio exterior. El Mercosur hoy muestra una total apertura hacia la Alianza del Pacífico, en la cual México es la potencia económica del acuerdo, sumado a esto la preferencia de Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay a la flexibilización del marco regulador proteccionista del bloque del sur. Desde el 1 de diciembre de 2018 un nuevo gobierno asumirá en México, con Andrés Manuel López Obrador (AMLO) como presidente, que sostiene y proclama una plataforma política y comercial de no dependencia a Estados Unidos. No obstante, López Obrador manifestó en varias oportunidades que su gobierno mirará hacia el sur del continente, respondiendo a su tradicional vocación latinoamericanista y siguiendo de cerca las medidas del gobierno de Trump que ha desatado una guerra comercial (con China) de dudosa conclusión en el largo plazo. Así las cosas, cualquier movimiento en el tablero impactará de manera positiva o negativa en ambos lados de la frontera que marca el río Bravo. ¿Se inicia un nuevo periodo en las relaciones de la integración, con México liderando la región latinoamericana? ¿Se transformará México en el gran actor que conjugará el sistema librecambista de la Alianza del Pacífico y el AEUMC, sumando a los integrantes del Mercosur, cuyos gobiernos hoy plantean una apertura para la inversión interbloque sin regulaciones? ¿Constituirá el gobierno de López Obrador el nuevo liderazgo latinoamericano que hará que México realice su viraje histórico hacia el centro y sur de América Latina o seguirá construyendo un discurso de apertura a los fines de lograr mejoras dentro del ámbito comercial y político del nuevo TLCAN? ¿Se reconfiguran posiciones dentro de la Alianza del Pacífico y del Mercosur en estos nuevos escenarios o es un proceso de integración que ya se inició?