Resumen:
A 10 años de su fallecimiento, Adolfo Sánchez Vázquez (1915-2011) sigue siendo el mismo ejemplo de pensador creativo y crítico, aportador y comprometido, que fue en vida. La década transcurrida, lejos de apagar su luz, ha permitido una mayor irradiación de su efecto clarificador. La distancia temporal que representa este decenio permite calibrar con mayor precisión la magnitud e impronta de sus aportaciones, valorar mejor la importancia de su recuperación e incrementar –aún más– nuestra admiración por tan insigne ser humano.