Resumen:
La guerra narrada por las mujeres no es monocromática ni muda, es una historia de colores, de olores, de sensaciones, de dolores, de preocupaciones. Es una guerra donde las personas sienten, se emocionan, se interrogan; donde los campos se vuelven rojos como el color de la sangre, donde hay que buscar parajes para esconder y enterrar a los compañeros muertos, donde las personas abandonan su tierra huyendo de la guerra. Es una guerra con canciones de protesta, bailes, comidas, camaradería, lectura, poesía, danza, y de un penetrante olor a pólvora. En la guerra narrada por las mujeres están el dolor de la maternidad ausente, el peso de las armas, el aroma de la tierra mojada, las huellas de las torturas, los secuestros y también los amores en medio de las balas.