El presente artículo analiza cuatro fronteras de la exclusión que hoy están en expansión en nuestra región. Estas fronteras se relacionan y se retroalimentan entre sí.  Se trata de las fronteras de la desigualdad y la exclusión; las fronteras del racismo estructural; las fronteras del capital que avasalla los territorios y las culturas de los pueblos indígenas y afrodescendientes; y las fronteras del autoritarismo. Muestra cómo en el contexto actual se está expandiendo, en algunos países de la región, un discurso autoritario que, de la mano de la extrema derecha y de sectores conservadores y evangélicos, propaga discursos de odio, se sirve del racismo estructural para blindar sus privilegios y para intentar consolidar su hegemonía cultural. Con el fin de discutir estos cuatro ejes, priorizaré una perspectiva étnico-racial que partirá de una mirada a las poblaciones negras o afrodescendientes en América Latina, y que constituyen, junto a los pueblos indígenas, las poblaciones más castigadas por la desigualdad en esta región.