Descripción:
La escuela como una de las instituciones que se resiste a desaparecer, está llamada a flexibilizarse creando escenarios multiculturales en los cuales el desarrollo de una estética del cuerpo-sujeto, de sus emociones, de su arte, entre otras dimensiones, sea parte fundamental de sus propósitos; no obstante, tales manifestaciones exigen estar articuladas a proyectos claros de convivencia en la diferencia, donde el sujeto individual se defina también desde el sujeto social y comunitario capaz de permitir la construcción de mejores seres humanos que sepan convivir bajo ciertos valores acordados socialmente. Uno de los rasgos de la recuperación de la estética del sujeto, es el control y encause de sus emociones como dispositivos para constituir pedagogías para la paz y la convivencia. Ello por dos razones fundamentales. Una es el amplio volumen de investigaciones que desde los años 80s del siglo pasado se han venido realizando sobre el comportamiento del cerebro humano, las cuales comenzaron a arrojar algunas claves para comprender las acciones humanas; y en segundo lugar, por el impacto internacional que las mismas han tenido en el campo educativo.