Descripción:
No existe un imaginario femenino como producción cultural autónoma de las mujeres a través del cual ellas diseñaran su forma de ser y de existir dentro de la sociedad. El imaginario cultural siempre es de género; por eso es más complejo, existe en relación, ya que al mismo tiempo que se define y construye lo masculino se define y construye lo femenino, por oposición, contradicción, asociación o implicación. Sin embargo, la simbólica de género a partir de las características sexuales está atravesada por un conjunto de oposiciones fundamentales, con carga valorativa.