Descripción:
La Ley de Reforma Agraria de octubre de 1973, impuso severas penas a quienes mantenían la tierra explotada o inexplotada fuera del contexto de función social. El Estado aparece así no sólo como el ente que responde a las necesidades campesinas, aquel que sanciona las deficiencias sociales, sino también como aquel que conduce los hilos de las relaciones y no permite que el campesinado haga de la reforma agraria el campo de sus aspiraciones. Si se pretende que al cortar la reforma agraria se va a incrementar la paz social, hay una profunda equivocación, porque la paz social devendrá de la solución de los problemas en el campo y no por su ocultamiento.