Descripción:
La apertura de un espacio hermenéutico de reflexión (progresiva-regresiva), ha de atenerse al carácter transdisciplinar intrínseco que com-porta la bioética misma, a fin de proponer un comienzo otro –en sentido heideggeriano–: “El comenzar [Anfängnis] de los comienzos es el modo de su comenzar, que tiene su propio alcance y ensamble, porque el comienzo es en sí la esencia de la historia; pues como comienzo se esencia la verdad y la resolución de su respectiva esencia. El comenzar [Anfängnis] es respectivamente único en cada comienzo. No hay ninguna regla ni ley del comienzo en el sentido de que rigieran sobre el comienzo”[1]. El diálogo bioética-biopolítica, desde la perspectiva situada (M. Casalla) del nihilismo post-moderno, concita un camino novedoso, pre-normativo/jurídico y abierto a un ensamble propio, que revele el esenciarse de la verdad de la existencia humana en la historia (temporalidad)