Descripción:
La política externa brasileña inicia cada siglo con una década fundacional. Entre 1902 y 1912, el barón de Río Branco definió las fronteras territoriales, los principios diplomáticos y el alineamiento internacional que –con matices y ajustes– regirían desde entonces. Durante la gestión al servicio de un presidente, Lula, con proyección planetaria, Brasil se convirtió en un actor global y multidimensional. La pregunta sobre el futuro de la política externa surge natural: ¿vendrán ahora décadas de pequeños ajustes hasta la próxima refundación o son esperables cambios significativos en el corto plazo? Es posible proyectar algunas tendencias, todas los cuales tienen un sustrato común: la aspiración de protagonismo global se mantendrá, pero combinada con medidas variables de retracción y reorientación.