Descripción:
Durante varios siglos, la Corona española sacó un provecho sustancial del traslado al Nuevo Mundo de millones de africanos, merced a las licencias y a los asientos concedidos a los negreros y, luego, de su venta en las provincias de ultramar, sometida, como cualquier transacción, a las pautas fiscales vigentes en materia de almojarifazgo ad valorem al entrar y salir de los puertos y de avería, que servía para costear los gastos de la flota encargada de la seguridad de los viajes transatlánticos.