Descripción:
A través de una contextualización de la cuenca del Atrato y notas de campo de un viaje en el año 2020 por el río Quito con Bernardino –Guardián del río Atrato–, en el que nos cruzamos con dragones, reflexiono sobre las temporalidades entrelazadas en la cuenca del Atrato y los potenciales futuros atrateños, al reconocerle como sujeto de derechos en el año 2016, y al Cuerpo Colegiado de Guardianes como sus voces. Con el río como sujeto y actor político, las voces del Atrato imaginan y construyen otros posibles futuros atrateños, mientras se enfrentan a las temporalidades entrelazadas, sobrepuestas y en tensión que confluyen en sus aguas.