En el presente estudio buscamos dar cuenta del modo en que se tramita lo cotidiano en las escuelas medias públicas de la Cuidad de Buenos Aires a través del trabajo de un grupo de actores: los preceptores. Al igual que el conjunto de jurisdicciones nacionales, la Ciudad de Buenos Aires se encuentra abocada a implementar los lineamientos de la Ley 26206 de Educación Nacional que prescribe la obligatoriedad de la escuela secundaria. En este contexto, y debido al crecimiento y a la diversidad de matrícula, gestionar la vida cotidiana en las escuelas constituye un problema que se traduce en cómo incluir a todos atendiendo la singularidad de cada quien. En tal sentido, la necesidad de atender al tratamiento de lo contingente: decidir sobre lo nuevo, cada vez más vertiginosamente, evidencia la insuficiencia y/u obsolescencia de los repertorios clásicos de intervención, cuestión que revela la caducidad de una estructura, con características asentadas y cristalizadas por el paso y peso del tiempo, en la que se generan condiciones de escolaridad para todos los chicos y todas las chicas que tensionan los esquemas representacionales de cada capa del sistema educativo. Consideramos que los preceptores cumplen una función articuladora en la dinámica de intercambios escolar. Es decir, concebimos una definición relacional de su trabajo caracterizado por “actuar con otros”. Conforman una “ingeniería de sostén”, una suerte de interfaz paradójicamente poco visible y de máxima presencia, con una plasticidad que los habilita a ocupar artesanalmente espacios inconsistentes y resolver imprevistos de la vida escolar. Mediante esta suerte de “malla”, despliegan prácticas que desbordan aquello que la normativa prescribe estrictamente para su rol. En tal sentido, consideramos que la Preceptoría materializa un territorio en el que confluyen diferentes actores y donde toman cuerpo, formal e informalmente, decisiones de orden convivencial, académico, y normativo. A partir del análisis de un caso, y con objeto de dar cuenta del modo en que la contingencia diaria incide en el trabajo de estos actores, cartografiamos las tramas de intercambios institucionales, estudiamos cómo organizan sus tareas y cómo se definen y regulan institucionalmente sus prácticas. This study intends to explain how everyday situations are dealt with in public high schools from Buenos Aires City by analyzing a particular group of actors: monitors. As is the case with all national jurisdictions, Buenos Aires is focusing on implementing the regulations from the national act on education (Ley 26206 de Educación Nacional), ordaining high school education as mandatory. In this context, and given the ever-higher number and diversity of students, managing everyday life at schools raises the issue of how to achieve a comprehensive overall inclusion without neglecting individual differences. In this sense, there is a need to take care of new contingencies: increasingly vertiginous decisions about the unforeseen, which evidence how insufficient and/or obsolete traditional intervention strategies are. This issue reveals a long-expired structure, with deep-rooted characteristics that the passing and weight of time have crystallized, in which creating schooling conditions for all children comes into conflict with the representation schemes in each layer of the education system. We believe that monitors in high school perform a connective function in the dynamics of school relationships, i.e., their role is defined from a relational perspective, as a job characterized by the “interaction with others.” In other words, they represent a “support web,” a kind of interface —which is almost unnoticeable but at the same time all pervasive— that is flexible enough to let them be a sort of craftsperson who inhabits non-existent spaces and handles unexpected issues in school life. By means of this “network,” their practices go well beyond their role as strictly prescribed by the regulations. Accordingly, we consider that monitorship materializes a territory where different actors converge and where many decisions regarding shared life, academic issues, and rules are made, both formally and informally. From a case analysis, and with the aim of explaining how daily contingencies condition the work of these actors, we map a web of institutional exchanges, analyzing how monitors organize their tasks, and how their practice within the institutional life is defined and framed.