El incremento de la amplitud de la cobertura previsional, y también recientemente de la del sistema de asignaciones familiares, ha sido sin dudas uno de los mayores logros de la política social en nuestro país en los últimos años. Sin embargo, esta transformación, que ha permitido que más de dos millones y medio de personas, hasta entonces excluidas, accedieran al beneficio previsional propio, tiene sus limitaciones, dificultades y amenazas. En igual sentido, también son destacables los avances que se han registrado en la posconvertibilidad en materia de intensidad de la cobertura de la seguridad social para adultos mayores. Tales como el importante incremento, real y nominal, del haber mínimo y la institucionalización de un mecanismo de movilidad automática del valor de las prestaciones, consagrado por Ley. Pese a ello, subsisten importantes restricciones y fallas en cuanto a la capacidad, relacionada con su poder de compra, de las prestaciones previsionales para asegurar, o siquiera permitir, no ya el suavizamiento del consumo, sino al menos el mantenimiento de un nivel de vida digno a sus beneficiarios, una vez producido el retiro del mercado laboral. Estas dos dimensiones de la cobertura previsional, su amplitud e intensidad, son el principal objeto de la presente tesis de Maestría.