Descripción:
Inicio esta ponencia con un profundo agradecimiento a cada una de las personas que forman parte de la Academia Ecuatoriana de la Lengua por haberme aceptado como miembro correspondiente. No quiero nombrar a ninguna pues corro el riesgo de olvidar algún nombre. Es un honor ser parte de una comunidad formada por personas a las que admiro por sus cualidades humanas e intelectuales y por sus aportes a la cultura desde diversos ámbitos. Resulta paradójico que, habiendo hecho vida académica durante veinticinco años, sienta que, por primera vez, voy a hablar ante un auténtico foro de académicos.