Resumen:
En Virginia, Estados Unidos, al interior de un bosque que esconde un parque público organizado para las comodidades del estilo de vida norteamericano, se desarrollan las extensas jornadas dominicales de un campeonato de trabajadores bolivianos, originarios, concretamente, del Valle Alto cochabambino. El parque, que también cobija a los campeonatos invisibles de migrantes de El Salvador y algunas naciones africanas, ofrece canchas, pistas de atletismo, juegos para niños, kioscos, restaurantes, áreas de servicios y parqueo. Para llegar de un sitio a otro, salvadoreños, liberianos y norteamericanos utilizan las vías adecuadas, ilustradas con señales, mapas e indicaciones. Los bolivianos, por su parte, han diseñado una intrincada telaraña de senderos propios, entre arroyos, matorrales y prados. “¿No deberíamos seguir las indicaciones?”, preguntamos un poco atemorizados por las llamadas de atención, por las multas. “Vamos nomás por la cheqanchada”, respondió uno de nuestros guías, antes de agregar: “Nosotros siempre encontramos nuestro camino”.