Descripción:
Luego de cuatro años de una política antiinmigrante del presidente Trump que continuó las deportaciones de
gobiernos anteriores, militarizó la frontera, expandió la construcción del muro, desmanteló las políticas de asilo
y refugio y subordinó a México y Centroamérica a su política migratoria y de seguridad regional con una
reducción significativa en los flujos migratorios de esos países, que se acentuó con la doble crisis del Covid-19
y el desplome económico en la región, la llegada del nuevo gobierno genera la posibilidad de restablecer los
mecanismos de colaboración entre los países en el manejo de los flujos migratorios con un enfoque de
derechos humanos, restableciendo el acceso al asilo y refugio, revirtiendo la separación de familias,
suspendiendo la construcción del muro en la frontera con México y participando en una propuesta de
desarrollo económico en Centroamérica, con una inversión de 4 mil millones de dólares, por parte de los
Estados Unidos, que incida en las causas estructurales de la migración.