Descripción:
Emerge un golpe en la ciudad, el beat de techno que acecha exige ser visto, oído, interpretado, comprendido, interpelado. Urge acercarse a él para desmontar los prejuicios y las prevenciones que excluyen al otro sin reconocerlo como tal. La primera vez que vi un “pogo” roquero sentí que no tenía sentido, descalifiqué de entrada lo que después de un tiempo ganó un espacio de reconocimiento y legitimidad dentro de los usos estéticos de la ciudad. No vi en ese ritual más que un desencuentro irracional y violento de cueipos que se enfrentaban, que chocaban con mis hábitos enmarcados dentro de las “buenas costumbres”, que no merecía la atención sino la vigilancia y la represión. Luego empecé a ser capaz de representarme ese choque juguetón y metafórico de cuerpos alrededor del metal, como un acontecimiento producido y significado por unos jóvenes, que comparten con todos los habitantes de esta ciudad una realidad que les quita más de lo que les da, que les prohibe más de lo que les posibilita, ciudad-máquina, ciudad-aceleración, de la que el rock sólo es expresión y paradigma. Esta divergencia emocional y cognoscitiva entre la techno estética y mi recatada mesura, se atenuaba un poco gracias a mi historia familiar con el rock.