Descripción:
Todas éstas son expresiones que en su dispersión radical, hasta llegar a su disipación en el contexto de la cultura contemporánea, reflejan y señalan un “no sabemos qué” frente a nuestras coordenadas técnicas, científicas, estéticas y sociales que, en su conjunto, han colapsado generando así dispositivos cada vez más complejos. Algunas de las señales que permiten rastrear los nuevos “ordenamientos” son, principalmente, la saturación y el exceso de información que rebasan la precariedad de la máquina crítica institucional para capturar e interpretar el acontecimiento (Lyotard), aquella dislocación que se resiste a ser abrazada bajo el manto de una racionalidad unívoca y monológica. Las velocidades de aquellas dispersiones, como sabemos, son cada vez más imperceptibles y la enajenación en alteridades continuas y radicales (las múltiples naturalezas) nos hace perder los rastros de ese devenir, dentro del cual las tradiciones artísticas se han constituido por medio de fuertes dislocaciones. En el contexto histórico de dichas tradiciones encontramos, sin embargo, las simientes (siempre transformadas) de una estetización radical, autoreferencial y narcisista que le pide al arte- donde quiera que éste se encuentre- la permanente asunción de mitos y nuevas alegorías, o la reactualización de viejos universos simbólicos convertidos hoy en nuevos motivos estéticos.