Descripción:
La Filosofía contemporánea, a partir del positivismo inaugurado por Augusto Comte en el siglo XIX, se caracteriza por su aversión hada la metafísica y su adhesión obsesiva a los hechos empíricos; pero, por otro lado, también se caracteriza por refugiarse en la subjetividad absoluta, si atendemos a la fenomenología husserliana. Heidegger, siguiendo el espíritu de la época, considera igualmente necesario superar la metafísica, pero sólo si la atravesamos, si no la ignoramos o si no la apartamos del camino como si se tratara de un estorbo; en franca oposición al proceder tradicional del positivismo. Tampoco logramos superarla si nos refugiamos en la subjetividad absoluta, que más bien significa su radicalización y no su crítica.