El siguiente ensayo tiene como intención reflexionar sobre los modelos hegemónicos de interpretación de la realidad enmarcada en un contexto pandémico de transformación social partir del concepto Transmodernidad; analizaremos, desde un punto de vista crítico, las posturas con las que esta categoría ha circulado y asimilado desde los planteamientos de Rodríguez Magda y Enrique Dussel, dos proyectos disímiles que en ciertas coordenadas confluyen en los conceptos de telepresencia[1] como medio de integración con la periferia[2] en la nueva realidad derivada de la pandemia; no obstante, aunque la emergencia de lo virtual se establece como una de las principales soluciones y no resuelve la desigualdad social, así como la brecha digital excluyente, sí nos proporciona pautas para la integración de la alteridad con una prominente proyección.[1] Este concepto, desde Magda, será entendido como la transmisión virtual de la presencia superando los límites de la proximidad espacial.[2] La categoría periferia, desde Dussel, será utilizada para designar a los grupos humanos minoritarios, pertenecientes culturas con escasa o nula participación en la sociedad global.