Descripción:
En cualquiera de las ciudades acosadas por la violencia -sobre todo de los estados norteños -ha poco tiempo hubiera sido motivo de escandalo uno solo de los muchos asesinatos que se cometen ahora cotidianamente. Hoy, la demanda elemental y lógica de encontrar y sancionar a los criminales ya ni siquiera se plantea, es casi un absurdo, vistas las más de ocho mil ejecuciones atribuidas al crimen organizado desde que comenzó la actual administración federal, casi todas impunes.