Descripción:
Este breve ensayo sobre el desierto y el erial, trata sobre dos acepciones del desierto: una, la acepción negativa, pasiva sobre el desierto que critica Nietzsche en su obra Así habló Zaratustra. Crece el erial es la función de la actitud pasiva del hombre que espera del otro, del más fuerte, la salvación. Y hace crecer el erial (el desierto, donde nada se puede aprovechar) por su falta de intención. Es el mundo donde es odiado Zaratustra. La otra acepción es la que aporta la Epistemología Ambiental, donde el desierto no es otra cosa que un ambiente de posibilidades: naturales y culturales. Es el desierto con todas sus cualidades y bellezas.